22 agosto, 2006

Vacaciones en Marruecos

... llegamos al puerto de Tánger en donde atravesamos varios puestos de control policial hasta que empiezan a surgir un montón de “funcionarios”, “empleados de compañías navieras” o “vete a saber que”, pretendiéndote ayudar en los trámites de embarque. Uno te indica que le sigas para sellar los pasaportes insistiendo repetidamente que le vayas preparando un “billete para ellos”, otro te hace avanzar unos pocos metros y te reclama su parte del botín, más adelante hay que sellar los papeles del coche ante dos policías que te miran con cara de pocos amigos mientras un nuevo “funcionario” te solicita una nueva contribución. Pagamos a algunos que nos parecen “complicados” y a otros los mandamos a “tomar por culo” directamente.
Por lo pelos no cogemos el barco anterior, así que tenemos que esperar en el muelle al nuestro, que saldrá con, por lo menos, dos horas de retraso. Un niño nos pide algo de comer, se lo damos y sale una docena más, nos quedamos sorprendidos, no nos piden dinero, ¡nos piden comida!.
De pronto, lo coches de delante nuestro se ponen en marcha y corren rápidamente hacia un nuevo destino, el embarque se va a efectuar en otro lugar, todos maniobran frenéticamente por el muelle, nadie se quiere quedar sin plaza en el barco, parece una carrera de autos locos, una desbandada desesperada de automóviles sin normas ni leyes de tráfico, solo embarcarán los más hábiles y rápidos, los más fuertes ...



Medina de Marrakech